lunes, 2 de mayo de 2016

Biblioteca Popular Juan José Morosoli:

La fiesta por excelencia del trabajador es el 1 de Mayo.
En realidad es un día de huelga o día festivo, pagado por las empresas que, en
general, discurre pacíficamente en miles de ciudades del mundo.



Sin embargo, en sus orígenes fue una jornada bastante tumultuosa.



En 1884, la Federación Americana del Trabajo se impuso la meta de pedir la jornada
de ocho horas, y escogió el 1 de Mayo de 1886 como la fecha de inicio de esa
reivindicación. En esos años, en Occidente había jornadas de 10 y 12 horas
diarias.


Llegada la
fecha, muchos obtuvieron su reducción de jornada. Pero 340.000 obreros no
consiguieron esta promesa e iniciaron una huelga en los días siguientes para
obligar a ceder a sus patronos. La policía intentó detener las manifestaciones
en Chicago. Se produjeron más de tres
muertos
 entre los
obreros.



Días después 15 policías murieron al explotar una bomba lanzada supuestamente
por los sindicalistas. Cinco de ellos fueron ahorcados,  tres condenados a prisión perpetua. La Internacional Socialista
se propuso en 1889 reivindicar la jornada de ocho horas para todos los obreros
del mundo, y se haría mediante una gran manifestación en todos los países en
honor a los Mártires de Chicago. Se proyectó que
fuera el 1 de Mayo de cada año.

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